José Ignacio López, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), expresó su preocupación frente a la propuesta del presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre la implementación de inversiones forzosas para reactivar la economía.
En declaraciones emitidas en La FM de RCN, López destacó los riesgos y efectos negativos que este tipo de políticas podrían tener en el país.
López recordó que las inversiones forzosas fueron utilizadas en Colombia entre la década de los 60 y 80, pero con el tiempo se decidió desmontarlas debido a los problemas que generaban.
“Las inversiones forzosas fueron una política de los 60, el país lo desmontó todo y es un modelo muy escaso en el mundo. La evidencia ha sido que las inversiones forzosas generan más problemas de los que generan del lado positivo. Hay varios estudios mostrando que el país cuando tuvo inversiones forzosas creció poco, y luego se tuvieron problemas de crédito de la banca, entonces es un instrumento que tiene muchos problemas a la hora de implementarse”, afirmó.
Durante la pandemia, según López, el gobierno colombiano recurrió a una inversión forzosa para los bancos, destinada a comprar títulos del presupuesto nacional debido a la complicada situación fiscal. Sin embargo, subrayó que esta medida fue excepcional y no debería convertirse en una política recurrente.
“En la pandemia, el gobierno tenía miedo y se hizo una inversión forzosa a los bancos para comprar unos títulos del presupuesto, pero fueron unas inversiones obligatorias destinadas para del presupuesto de la nación porque en ese momento la situación fiscal estaba complicada”, explicó.
El presidente de Anif también señaló que este tipo de políticas han sido implementadas en países como Venezuela y Bolivia, pero que no existen en economías desarrolladas debido a su ineficacia.
“Existen en Venezuela y Bolivia se han intentado inversiones forzosas, en ningún país desarrollado existen. La evidencia muestra que esto no funciona y por eso se ha venido desmontando. Las implicaciones son bastantes, y una es que a medida que crezcan, las inversiones de los bancos para prestar se reducen, entonces podría aumentar las tasas de interés porque estarían compitiendo por una cantidad de recursos limitados”, señaló.
López advirtió sobre las posibles consecuencias de aplicar inversiones forzosas en Colombia, tales como la reducción de la utilidad de los bancos, lo que impactaría directamente a los ahorradores.
“Las inversiones al ser obligatorias reducen la utilidad de los bancos, entonces tienen que remunerar menos sus depósitos, y eso afecta a los ahorradores porque ellos depositan su dinero en los bancos, entonces habría menos tasas de interés”, agregó.
Además, mencionó que las inversiones forzosas podrían desviar el crédito hacia proyectos no productivos, generando problemas de solvencia en el sistema bancario.
“Las inversiones forzosas redireccionan crédito y no es de mercado, sino que quedan en asignación de entidades públicas, entonces se asignan crédito a proyectos que no son productivos y luego tienen problemas al pagar. Puede haber un problema de solvencia bancaria”, advirtió.
Finalmente, López destacó que la profundización financiera es crucial para el desarrollo económico del país y que, después del desmonte de la represión financiera, Colombia ha construido una institucionalidad sólida.
“Después del desmonte de la represión financiera, el país ha hecho una institucionalidad muy sólida. Las alarmas es decir que es una política que no funcionó y no se debe repetir. Hoy uno de los grandes activos del país es la confianza que tienen las personas en los bancos, entonces ir en detrimento de ese activo es gravísimo, entonces en último tendríamos que los depósitos terminan en otro lado”, concluyó, subrayando que quienes realmente sufrirían las consecuencias de una política de inversiones forzosas serían los empresarios y los ahorradores, no los bancos.